
El Indígena Chocoano 1834
El Indígena Chocoano, fundado en Quibdó capital de la Provincia del Chocó (1834-1835), reviste de singular importancia por haber sido la primera publicación impresa en el Chocó, durante los albores del periódico Republicano en el periodo de la Nueva Granada, derivados de la ley 4 de enero de 1832, donde se ordena que en todas las Provincias donde sea posible, a juicio del poder ejecutivo, se organice un periódico local, cuyos gastos deben de ser pagados por éste. Todos se denominarían el Constitucional, pero por algunos avatares de la vida, circuló primero este, gracias al impresor José de Casanova, quien llega de la costa norte al Chocó, seguramente contratado por el gobierno de la Provincia del Chocó, para estos menesteres.
«EL INDÍGENA CHOCOANO»
Como lo hemos escrito en el apartado anterior, la tardanza en aparecer «El Constitucional del Chocó» hizo que perdiera el privilegio de la primogenitura y que esta pasara a «El Indígena Chocoano».
Fue, pues, «El Indígena Chocoano» el primer periódico propio que leyeron los chocoanos en 1834. Dado que al principio de cada número nos encontramos con la leyenda: «este papel se publica los días 10, 20 y 30 de cada mes» y en consideración a que sólo se conservan ejemplares a partir de la edición 12 del 20 de junio de 1834, podemos deducir que la primera salida fue emitida el 20 ó 29 de febrero del mencionado año, que fue bisiesto. En la Hemeroteca Nacional además de éste pudimos consultar las ediciones 24, 25, 29, 33, 35 y 36, esta última con fecha 20 de febrero de 1835.
Como a principios de septiembre de 1835 apareció la primera edición de «El Constitucional del Chocó» en el que José Casanova intervino como editor, quiere decir que la 36 fue la última o una de las últimas entregas de «El Indígena Chocoano», que al menos contó con un año de existencia cuando en épocas recientes se han dado casos de periódicos que no han sobrepasado los 6 meses.
Como puede verse en el facsímil, lo primero que aparece es un escudo cuya leyenda no hemos podido descifrar. A continuación, el título en dos renglones: El Indígena y luego Chocoano. En medio de dos rayas horizontales esta sentencia de Solón: “Para que un Estado dure, es menester que el magistrado obedezca a las leyes, y el pueblo a los magistrados”. El tamaño fue de 21 centímetros de ancho por 30 de largo, 4 páginas repletas de texto, títulos pequeños y ningún aviso publicitario.
Luego de las «Condiciones», abría la primera página algún informe oficial procedente de la Cámara Provincial, del Consejo de los tribunales, etc. Las demás las empleaba en comunicados y remitidos, estos últimos con opiniones y protestas de los lectores. En varias oportunidades publicó artículos polémicos de réplica y contrarréplica. En la edición 34 del 30 de enero de 1835 arremetió contra un clérigo que había dicho que Jesucristo había instituido la circuncisión y que había sido el primero en circuncidarse. Casanova le respondió con gracejo e ironía: «No es posible decir más disparates en tan pocas líneas! Colinas enteras se formaron de circuncisiones antes de la venida del Mesías, que en circuncidarse no hizo otra cosa que obedecer a la ley establecida. ¡Desgracia tiene el Chocó! Este mismo predicador dizque predicaba en Cali a las mil maravillas… ¡Se dañó en el camino!»
¿Qué movería a José Casanova para bautizar con el peregrino nombre de “El Indígena” al primer parto de nuestro periodismo? A la verdad que es un misterio, arcano que se hace más impenetrable si se tiene en cuenta que en las 36 ediciones que conocemos apenas si en una hubo alusión a los indígenas. Publicó en la primera página de la edición 34 del 30 de enero de 1835 un decreto de la Cámara de esta Provincia que ordenaba, entre otras cosas, la creación de un protector de los indígenas.
Para romper la monotonía de esa selva de apiñuzcados textos y de apretados comunicados y remitidos, Casanova de vez en cuando reproducía anécdotas tomadas seguramente de las pocas publicaciones que le llegaban. He aquí una de ellas. Al viajero lo debemos admirar, pero no imitar:
«Un viajero a quien cogió la noche, en un camino, tuvo que pasarla en una posada que por ahí había: cenó perfectamente y pidió una buena cama en cuarto separado. Encontrándose sin dinero con que pagar, y discurriendo el modo de salir con buena reputación se le ocurrió la estratagema que puso en ejecución. A eso de la media noche se levantó y cogiendo los calzones que había traído puestos, y los únicos de su equipaje, los arrojó en lugar donde no podían ser hallados».
«Por la mañana llamó a los sirvientes, y les preguntó por sus calzones; pero por más que estos los buscaron, no aparecieron; por lo cual el viajero empezó a gritar desaforadamente hasta que vino el amo de la posada; al que apenas se le presentó, le dijo: Usted bien sabe que no he venido aquí en camisa, con lo que hacía usted que me den mis calzones; lo que más siento son las 20 onzas de oro que tenía en la faltriquera, y que sin duda han sido la causa que hayan robado. Yo creo que usted no tiene ninguna parte en ello, y por eso me conformo con que me den unos calzones y diez onzas, pues de lo contrario me presentaré a la justicia, y no sólo tendrá que pagarme, sino que le cerrarán la posada”.
«El posadero temeroso de que hiciese lo que decía, y careciendo de toda prueba a su favor, tuvo que darle lo que pidió, y éste se fue mejor que lo que vino».
Periódico | Edición | Año | Link |
El INDIGENA CHOCOANO | No 12 Trimestre 2 | 20 de junio de 1934 | Aquí |
El INDIGENA CHOCOANO | No 24 Trimestre 3 | 20 de octubre de 1834 | Aquí |
El INDIGENA CHOCOANO | No 25 Trimestre 3 | 30 de octubre de 1934 | Aquí |
El INDIGENA CHOCOANO | No 31 Trimestre 4 | 30 de enero de 1935 | Aquí |
El INDIGENA CHOCOANO | No 33 Trimestre 4 | 20 de enero de 1935 | Aquí |
El INDIGENA CHOCOANO | No 34 Trimestre 4 | 30 de enero de 1935 | Aquí |
El INDIGENA CHOCOANO | No 35 Trimestre 4 | 10 de febrero 1935 | Aquí |
El INDIGENA CHOCOANO | No 36 Trimestre 4 | 20 de febrero de 1935 | Aquí |
Tomado del Libro Rastros y Rostros del Periodismo Chocoano de Efraín Gaitán Orjuela ,2004.